BONAMPAK Y EL POBLADO LACANDÓN

Despues, fuimos a las ruinas de la ciudad de Bonampak, bastante más pequeña, pero también metida en la densa selva. Tuvo su auge entre el 600-800 d.C., aunque existió desde el 200, y estuvo bajo la influencia de Yaxchilán.
Lo más importrante aquí son los impresionantes frescos del Templo de las Pinturas, en la Acrópolis. Hay 3 cámaras con las paredes y bóvedas revestidas con pinturas de bellísimos colores (sobre todo, mucho turquesa y rojo), que se conservan sorprendentemente bien. Hay 108 textos jeroglíficos y 270 figuras humanas que no se repiten.
Toda esta zona se conoce como la Selva Lacandona, por el grupo étnico que la poblaba, los Lacandones. Esta comunidad indígena fue descubierta ¡¡en los años 40-50!! por un matrinomio de exploradores-arqueólogos europeos, hasta entonces, vivían completamente aislados del mundo. Vestían túnicas muy anchas blancas y llevaban el pelo muy largo. Actualmente, quedan muy poco y ya se han occidentalizado bastante. Por la noche, pasamos la noche en la aldea lacandona de Lacanjá, en unas cabañitas de paja con el río al lado (¡que rica estaba el agua! ;-)).
A la mañana siguiente, una chica nos llevó de excursión por la selva, cruzando ríos, hasta unas pequeñas ruinas mayas, y mostrándonos la frondosa vegetación y el uso que le dan los lacandones a raices, hojas, cortezas...En la selva hay jaguares y panteras negras, pero están mucho más adentro, por donde no pasa nadie.
De vuelta, estuvimos charlando con un lacandón, que era un niño cuando llegaron los exploradores europeos a su aldea. Los lacandones hablan maya y español.


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