PUEBLA

De Los Angeles volé a México DF, pero me fui directamente a Puebla.
Llegando ya ves el magnífico volcán Popocatépetl (nombre indígena, en lengua Náhuatl, que significa "Montaña humeante"), de 5452 metros de altura.
Puebla es una ciudad grande (la cuarta de México), pero tranquila y agradable. Es una de las ciudades donde mejor se conserva el pasado colonial español, con un montón de edificios con fachadas de colores o azulejos de Talavera.
En el centro histórico hay multitud de iglesias coloniales, que mezclan estilos renacentista, barroco y neoclásico, con colores muy alegres. Destacan: la iglesia del Carmen; la catedral; la iglesia de Santo Domingo, con la barroca y recargada, pero espectacular Capilla del Rosario (está decorada con oro de 24 quilates); la iglesia de la Compañía, con su fachada churrigueresca blanca; y la iglesia de San Francisco, con el cuerpo incorrupto del monje Sebastián de Aparicio (sí, sí, ¡la momia tal cual en una urna!).
También paseamos por el barrio del Artista, el mercadillo de "El Parián", la plazuela de los Sapos...
De comida mexicana me he puesto...¡hasta las cejas!. Y eso que me cae fuerte (como dice mi tío, "es la venganza de Montezuma a los españoles"). Ya he probado muy montón de tacos diferentes, chalupas, memelas, quesadillas, guacamole, mixiote, tamales, tejocotes, camotes...La cocina poblana tiene unas especialidades muy apreciadas, y que también he probado, como son los escamoles (larvas de hormiga), mole poblano, huitlcoche (un hongo del maíz) y chapulines (¡¡saltamontes fritos!!).
De beber se toman muchas aguas de sabores, como si fueran zumos diluídos. Y...¡yo no sabía que el tequila es un aperitivo!, con el estómago vacío...¡madre mía!, pero está bueno acompañado de la "sangrita" (mezcla de zumo de tomate, chiles y algo más). También la cerveza se puede beber mezclada con salsas y chiles, curioso.
En Puebla salí de marcha. Aquí se lleva lo de ir a un bar, y luego al "antro" de moda (así llaman a las discotecas).


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